martes, 29 de marzo de 2011

Agua

Agua
En todas las tribus primitivas, el agua simboliza la vida. La vida se basa en el agua: el ochenta y cinco por ciento del cuerpo humano es agua. Toda la vida, tanto la del hombre como la de los animales, los árboles y los pájaros, depende del agua. El agua era uno de los elementos básicos a los que había que rendir culto. Lo mismo que al sol, todos los pueblos primitivos rendían culto al agua; ambos eran venerados como dioses. Y tiene al mismo tiempo un significado metafórico.
El agua representa varias cosas. La primera es que no tiene forma, pero puede adoptar cualquiera; tiene la capacidad de adaptarse a todas las formas. Si la viertes en un tarro, adopta la forma del tarro, y si la viertes en un vaso, toma la forma del vaso. Es infinitamente adaptable. Ahí radica su virtud: no conoce la rigidez. El hombre debe ser como el agua, y no tan rígido y frío como el hielo.
El agua siempre fluye en dirección al mar. Esté donde esté, siempre se dirige hacia el mar: hacia el infinito. El hombre debe ser como el agua y encaminarse siempre hacia Dios. El agua se conserva pura mientras está en movimiento: si fluye; y si se queda parada, se vuelve impura: estancada. Así que tanto el hombre como su conciencia deben mantenerse en movimiento, siempre fluyendo, y no quedarse parados en ninguna parte.
Cuando el hombre se queda parado, se vuelve sucio e impuro. Si el flujo se mantiene y uno está dispuesto a pasar de un instante al siguiente sin asideros y sin el lastre del pasado, conserva la inocencia y la pureza.

 Fte.: El ABC de la iluminacion - osho

miércoles, 9 de marzo de 2011


“Las mañanas no son lo que eran. Mi encantador marido ha comenzado su propia práctica, por las mañanas, de yoga y meditación, Debería estar feliz por él. Y no lo estoy. El mundo era mío a las 4 am (Dios! Tan temprano solo para tener la casa para mi misma?).
Hoy por la mañana me levanto, en voz baja, sin hacer ruido preparo un café instantáneo, me siento en el piso de la sala, con las piernas cruzadas. Hago aproximadamente de tres a cinco respiraciones profundas…
Pat sale de nuestra habitación, me saluda, a veces sonrío, hoy no lo hago, En la cocina prepara su capuchino, haciendo rechinar los granos en un molino de alta calidad que suena exactamente igual que una tienda Vac. La leche a vapor suena como la chica en El Exorcista (quiero taparme los oídos aún mientras escribo esto), Pat comenta acerca de su café mientras lo hace “Ahhh, vamos, vamos, muy bueno” cuando se le derraman los granos de café en el suelo, maldice…etc. Estoy en shock cuando él baja al sótano para su práctica. Mi meditación  se convierte en una terapia de stress post-traumática… Él vuelve con sus ojos brillantes y felices.
Todo lo cual me lleva a esto; Yo vivo en un mundo lleno de gente, sonidos, olores y máquinas de café capuchino. Algún día, de algún modo, mi tarea es aprender a estar en paz mientras vivo en ese mundo, mas allá de mi burbuja herméticamente cerrada en la que he practicado por las mañanas durante un año. Al parecer es el momento para mi de sentir paz en el exterior…”
Kristin Shepherd
Fte  texto extraido yogajournal